Los meningiomas suelen crecer lentamente y pueden no causar síntomas durante años. Sin embargo, cuando crecen lo suficiente, pueden comprimir estructuras cerebrales y causar síntomas como dolor de cabeza, problemas de visión, convulsiones, debilidad o entumecimiento, y problemas de equilibrio y

coordinación. Los síntomas dependen de la ubicación del meningioma.

Entre los factores de riesgo para el desarrollo de un meningioma, se han descripto la exposicion a radiaciones y neurofibromatosis tipo II. Se ha descripto una relacion hormonal con mayor predisposicion al desarrollo en mujeres.

Según su ubicación los meningiomas se clasifican en: meningiomas de la convexidad, de la base del cráneo, intraventriculares o espinales. Los estudios diagnósticos que se utilizan son tomografía computada, resonancia magnética y en algunos tipos de meningiomas es útil la realización de angiografía preoperatoria.

El tratamiento se aconseja en los casos que provocan síntomas o muestra signos de crecimiento, la indicación es la cirugía cuyo objetivo es la resección completa.

El tratamiento de meningiomas depende del tamaño, ubicación y síntomas del tumor. En algunos casos, se puede realizar un seguimiento con imágenes de resonancia magnética periódica. La extirpación quirúrgica es la mejor opción para tumores que causan síntomas o están en lugares críticos. La radioterapia y la radiocirugía estereotáctica son opciones para tumores inoperables o de difícil acceso. El tratamiento puede mejorar la calidad de vida, controlar el crecimiento tumoral y preservar la función neurológica.